Ciudad bastarda

La mate .De su seno brotaba un enorme caudal de sangre . La mate, así es, con mis manos sarmentosas y grandes, la mate. La habitación se convirtió súbitamente en un verdadero océano rojo. No era algo inexplicable, la mate. En mi mano temblaba caliente todavía la 9 mal limada.
Cuando desperté, eran las 5 de la mañana. Quise levantarme pero no pude, de mi pecho brotaba un líquido denso y caliente, no sentía las piernas. Ella me mato y no era algo que fuera irrazonable, le había dado los motivos suficientes y al final solo lo hizo .Desde el principio sabíamos que esto no iba a funcionar, hay que tener temple para dedicarse al secuestro. El final hace su gracia a metros de la mañana.
El niño había despertado encadenado, como cada día desde que todo aquello empezó. Nadie había muerto ese día, para su trágica suerte.

Comentarios

Entradas populares