Despedida
Los tonos
de la tristeza suelen emparentarse con el invierno. Pero yo también conocí un
verano lo suficientemente apático. Era enero y Mi respiración extrañamente se
confundía con la tuya. Los árboles estaban verdes y los perros, sedientos de andar,
Se escondían en la sombra del patio. Nos conocimos porque no teníamos nada que hacer,
vos querías salvar al mundo de si mismo (como si eso fuera posible),yo
solamente sostenerme en paz y dormir hasta tarde, sobrevivir a la próxima resaca,
olvidar un par de batallas perdidas.
Te fuiste
con el recuerdo de la ultima hora, te fuiste haciendo espectro, polvo del último
tren. Yo que nunca supe, me invitaste adónde van los que no se quejan, yo solo
quería dormir hasta tarde… . Hace tanto que no te veo, si pareciera que tu
sombra vaga por cada rincón de la ciudad, por cada rincón que vale la pena de
esta ciudad. Lo cual oscurece la poca vida que ya tenía. Ya nada volverá a ser igual.
Del bar el puesto al último tropezón todavía espero a que me llames de alguna
ventana Y me invites a una fresca negra con maníes, o capas una pepa en la estación
de trenes o un café cerca de la plaza del puente negro.
La vida se
acostumbra rápido a lo preciso y monótono, Hoy tengo un trabajo honesto, vivo
de corrido sin pensar. Pero extraño que patiemos juntos y nos confundamos con los
que no yugan y son sabios de la baraja y las navajas, los que putean a la naca en
la Rivadavia y sueñan con hacer una para toda la vida.
No hay mucho
más para hacer, mañana es una mañana esplendorosa donde me confundo con la
canallada y desierto mis horas con naderías del montón, un gil entre giles.
Solo espero que estés bien y que no te haya desollado vivo la máquina de
triturar carne, estoy seguro que estas libre o muerta. No esperaría otra cosa
de vos y sin embargo las 2 cosas te convienen. No sé si agradecerte o mandarte
a cagar, pero igual te extraño en cada cerveza y en los pocos rayos de sol que
el humo sucio de la petroquímica nos deja ver.
Espero que
el viento te lleve este lamento, para que no vuelvas nunca y todo se quede como
esta. Un camino asegurado hacia una muerte pulcra y segura, contravenida de
antemano con los turros de la aseguradora de fiambres local. Solo espero que estés
donde estés no te falten el buen alcohol, el agua bendita y que le puedas rezar
a tu santo todos los días. Con fervor y esperando a que no te llegue jamás ni
una línea de lo antecedido, tuyo siempre.
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