El sueño
Agarró el 38. Se
miro las manos, los dedos, el anillo, las botas, el reloj. La identidad falsa
le latía en el bolsillo izquierdo del pantalón. Guardó el boleto de tren
echo un bollo en el bolsillo interior del viejo sacón .Se persignó, rezó
un padre nuestro y 4 aves marías (nunca dejo de ser un buen monaguillo en el
fondo).Apuntó hacia el pecho, se olvidó el detalle de la almohada cubriendo el
disparo. Pensó, en las odiosas mañanas, cuando el tedio llegaba para
cubrirlo todo, como si un éter inservible se adueñara del aire. En el
amor rutinario que ya no le producía ningún efecto, a esa maquinaria ordinaria
que era su corazón de acero. En lo que nunca más volvería si cumplía su
oscuro designio. Cerró los ojos y dijo para si mismo con sordo
resentimiento, “vengo a buscar la parte del mundo que me pertenece”,
disparó… . Sonó el despertador, 6:45, la taza en la mesa, el diario en la
cabeza, el trabajo esperando, la cama arreglada y el intimo enemigo,
desperezándose en el desayuno de todos los días….
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