Vayan a laburar




El Numero 31.257 esta en la cola de aquel trabajo anunciado, se entero del mismo por medio del diario local, encargado desde siempre de brindar ese “servicio a la comunidad”. Lo que le digan no será nada nuevo, el ya conoce la rutina a la que será sometido, las instrucciones se repiten siempre, como en  una línea de montaje infinita. Le prometerán una paga, que  seguro será  minúscula y las horas que le robaran del día y de la noche, rebasaran las 8  largamente .Hace frio y tiene hambre, pero el seguirá  en esa cola interminable, rodeado de hombres y mujeres semejantes, indiferentes, por ahora entre si. Solo una gota perdida en el océano anónimo.  Su camisa  esta vieja y remedada, se le notan los mil y un puntazos de la aguja de coser impertinente, blanca hasta la enfermedad, es  una bandera deshilachada a punto de desintegrarse . Su pelo ennegrecido, es una gomina suave, perfecta y transparente .De lo único que el Numero 31.257 no puede escapar, es de cierta fatalidad innata. Lleva el destino  clavado como una estaca en la epidermis. Después de que le prometan que “lo van a llamar”, partirá solo y sin chistar, al ostracismo de la desocupación. Será un paria, será el sacrificado,  será la miel podrida en las colmenas de las civilizaciones. Sera el primer deportado por portación de cara, si es que  ustedes saben que significa ello. Pasaran los años, los inviernos, los triunfos, las derrotas, y el seguirá en la cola de aquel trabajo anunciado. Hasta que el viento, siempre presente en esta  tierra del diablo, le entumezca su tibio corazón, o se extinga de una forma irremediable .De una forma u otra, siempre habrá alguien que pueda llenar el hueco…

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